Un chico está a punto de tener su primera cita y no sabe de qué hablar.

Un chico está a punto de tener su primera cita y no sabe de qué hablar.

Le pide consejo a su padre. El padre le responde

Hijo mío, hay tres temas que siempre funcionan.

Son la comida, la familia y la filosofía.

El chico recoge a su cita y van a una fuente de soda.

Los refrescos se ponen delante de ellos, se miran fijamente durante un buen rato, mientras aumenta el nerviosismo del chico.

Recuerda el consejo de su padre y elige el primer tema.

Le pregunta a la chica: “¿Te gustan las espinacas?

Ella responde que no y se hace el silencio. Tras unos incómodos minutos más

el chico reflexiona sobre la sugerencia de su padre y pasa al segundo tema de la lista. Pregunta:

¿Tienes un hermano?”. De nuevo, la niña dice

No” y de nuevo se hace el silencio.

El chico juega entonces su última carta.

Piensa en el consejo de su padre y le hace la siguiente pregunta a la chica:

Si tuvieras un hermano, ¿le gustarían las espinacas?