Un hombre entra en un salón de tatuajes y pide que le tatúen un billete de 100 dólares en la pistola.
Curioso, el tatuador le pregunta por qué lo quiere.
“Por tres razones: Me gusta jugar con mi dinero, me gusta verlo crecer,
y cien dólares parece ser lo único que mi mujer está dispuesta a gastar estos días”.