Una pareja de recién casados se muda a su nueva casa.
Un día, el marido llega a casa del trabajo y su mujer le dice,
“Cariño, sabes, en el baño de arriba, una de las tuberías gotea, ¿podrías arreglarla?”.
El marido responde: “¿Qué tal estoy, señor fontanero?”.
Unos días después, llega a casa del trabajo y su mujer le dice,
“Cariño, el coche no arranca. Creo que necesita una batería nueva.
¿Puedes cambiármela?”. Él responde: “¿Qué tal estoy, Sr. Goodwrench?”.
Unos días después, llueve a cántaros.
La mujer encuentra una gotera en el tejado. Dice: “¡Cariño, hay una gotera en el tejado! ¿Puedes arreglarla, por favor?”.
Él responde: “¿Qué tal estoy, Bob Vila?”.
Al día siguiente, el marido vuelve a casa y el tejado está arreglado.
Las cañerías también. El coche también. Le pregunta a su mujer qué ha pasado.
“Oh, hice que viniera un manitas a arreglarlos”, responde ella.
“¡Estupendo! ¿Cuánto me va a costar?”, refunfuña él.
Su mujer responde: “Nada, me dijo que lo haría gratis si le hacía una tarta o me acostaba con él”.
“Eh, bueno, ¿qué tipo de tarta has hecho?”, pregunta el marido.
“¿A qué me parezco?”, responde ella, “¿A Betty Crocker?”.