Un día estaba sentado en un bar y entraron dos mujeres muy altas, hablando con acentos interesantes.
Les dije: “Qué acento más guay, ¿sois irlandesas?”.
Una de ellas me gruñó: “¡Esto es Gales, tonto!”.
Así que me corregí: “Ah, sí, ¿sois dos ballenas de Irlanda?”.
Eso es todo lo que recuerdo.