Thomas tiene 32 años y sigue soltero.
Un día, un amigo le pregunta: “¿Por qué no estás casado?
¿No puedes encontrar una mujer que sea una buena esposa?
Thomas responde: “De hecho, he encontrado muchas mujeres con las que quería casarme,
pero cuando las llevo a casa para conocer a mis padres, a mi madre no le gustan”.
Su amigo pensó un momento y le dijo: “Tengo la solución perfecta, lo único que tienes que hacer es encontrar una chica que se parezca a tu madre”.
Unos meses después, volvieron a verse y su amigo le dijo: “¿Has encontrado a la chica perfecta?
¿Le gustaba a tu madre?”. Thomas responde frunciendo el ceño,
“Sí, encontré a la chica perfecta. Era igual que mi madre.
Tenías razón, mi madre la quería mucho”.
El amigo dice: “Entonces, ¿cuál es el problema?”.
Thomas responde: “A mi padre no le gusta”.