Un cliente entra en una brasserie con una enorme barra de zinc, se sienta en el centro y pide un medio.
– ¿Cuánto le debo?
– 3 euros”, dice el camarero.
El hombre saca tres monedas de 1 euro, pone la primera delante de él, va al extremo izquierdo para poner la segunda y luego al extremo derecho para poner la tercera.
Sin pestañear, el chico da toda la vuelta al zinc para recuperar sus 3 euros.
Al día siguiente, lo mismo: una moneda en el centro, otra en el extremo izquierdo, otra en el extremo derecho. Y el camarero da toda la vuelta al bar para recuperar sus 3 euros.
Todos los días lo mismo. Pero una mañana, el tipo paga con un billete de 5 euros.
Así que el camarero saca de la caja dos monedas de 1 euro para el cambio y, con una sonrisa triunfal,
pone una en un extremo del zinc, y la segunda en el otro.
Y cuando vuelve al centro, el tipo saca 1 euro de su bolsillo y dice, poniéndolo delante de él:
– Pensándolo mejor, me lo llevo de vuelta……