Con motivo de su décimo aniversario de boda, una pareja decide hacer un viaje a Alemania,
se toparon con un cartel que decía: “Le deseo buena suerte”.
Curiosos, se detienen a leer las instrucciones y el marido, lleno de entusiasmo,
lanza una moneda al pozo para pedir su deseo.
Su mujer, decidida a hacer lo mismo, se inclina hacia el pozo, pero desgraciadamente pierde el equilibrio y cae, ahogándose.
El hombre, conmocionado por la trágica pérdida de su esposa, regresa en silencio al coche. Tras un momento de reflexión
sacude la cabeza y comenta:
“Bueno, al menos podemos decir que funciona de verdad.