Una vez, en un hospital psiquiátrico, un médico entró en una habitación y vio que todos los pacientes estaban saltando,
tan curioso que le preguntó a uno de ellos por qué lo hacían,
El hombre contestó que todos eran palomitas de maíz explotando en una sartén. Sin embargo, al fondo de la habitación
había uno sentado en la cama todo triste e inconsolable, entonces el doctor le preguntó la razón de su estado y él respondió así:
“Por favor, déjeme en paz ahora que estaba pegado al fondo de la sartén”.