Un hombre y su mujer discutían sobre quién debía hacer el café cada mañana.
La mujer decía: “Deberías hacerlo tú porque te levantas primero”,
“Deberías hacerlo tú porque te levantas primero y no tenemos que esperar tanto para el café”.
El marido responde: “Tú cocinas,
El marido replica: “Tú estás a cargo de la cocina aquí, así que deberías hacerlo tú, porque es tu trabajo, y yo puedo esperar por mi café”.
La mujer responde: “No, deberías hacerlo tú,
“No, es tu trabajo hacerlo, y además, en la Biblia dice que es el trabajo del hombre hacer el café”.
El marido responde,
“¡No puedo creerlo! Enséñamelo”.
Ella coge la Biblia, abre el Nuevo Testamento y le muestra, al principio de varias páginas, que sí dice “Hebreos”,
“HEBREOS.