Un hombre, su mujer y un apuesto desconocido se encuentran varados en una isla desierta.
La mujer pierde rápidamente el interés por su marido y empieza a flirtear con el apuesto desconocido.
Los tres hombres empiezan a construir una torre de vigilancia. El forastero se ofrece como primer vigilante.
Mientras el marido y la mujer recogen leña de la arena, el desconocido grita,
“¡Eh! ¡Nada de travesuras en la playa! Volved al trabajo”.
El marido le grita: “¡No estamos haciendo ninguna travesura!”.
Más tarde, el desconocido vuelve a gritarles. El marido vuelve a gritarle y le corrige.
Esta situación se repite varias veces durante la guardia del desconocido.
Finalmente, el marido ocupa su puesto en la atalaya.
Su mujer y el apuesto desconocido hacen el amor apasionadamente en la playa.
El marido de guardia exclama: “¡Vaya, eso sí que parece una travesura desde aquí arriba!”.