Mientras leía el periódico, Walter se encontró con un artículo sobre una bella actriz y modelo que se había casado con un boxeador que no era conocido por su coeficiente intelectual.
que se había casado con un boxeador que no era conocido por su coeficiente intelectual.
“Nunca entenderé”, le dijo a su mujer,
“por qué son los mayores imbéciles los que consiguen las mujeres más bellas”.
Su mujer le contestó: “¡Gracias, querido!”.