Un hombre llamado Jed salió de caza cerca de la frontera entre Alabama y Georgia.
Cuando regresaba a su camioneta, un guarda de caza se le acercó y le preguntó qué llevaba en la bolsa.
“Tres conejos”, respondió Jed. El guarda de caza le dijo: “Déjame ver uno de esos conejos”.
Entonces Jed sacó uno de los conejos.
El guarda metió el dedo en el culo del conejo, lo sacó, lo olió y dijo: “Es un conejo de Georgia”.
El alcaide dijo entonces: “Enséñame tu licencia de caza de Georgia”. Jed se la enseñó.
Entonces el guarda dijo: “Déjame ver otro de esos conejos”.
Entonces Jed sacó otro conejo. El guarda metió el dedo en el buche del conejo, lo probó y dijo: “Es un conejo de Alabama.
Enséñame tu licencia de caza de Alabama”. Jed se la mostró.
El alcaide dijo entonces: “¿De dónde eres, chico?”.
Jed se bajó los pantalones y dijo: “¡Averígualo!”.