Un tipo entra en la barbería para afeitarse.
– Mi hijo le atenderá enseguida”, le dice el dueño, que está en pleno secado del pelo.
El joven lo acomoda, le pone una toalla, le pasa la brocha de afeitar por la cara, coge la maquinilla y enseguida le araña la mejilla.
– Idiota”, grita el padre. ¡Bueno para nada! ¿No puedes tener cuidado? Señor, estoy absolutamente confundido…
– No es nada… dice el cliente avergonzado.
Dos minutos después, el hijo hace un movimiento torpe y se raja la barbilla.
– ¡Idiota! ¿No has oído lo que te he dicho?”, grita el jefe mientras abofetea a su hijo en la cara. Señor, mil disculpas…
– Está bien…
Unos instantes después, el joven principiante hace un gran gesto con su navaja y le corta la oreja derecha, que cae al suelo.
Entonces el cliente le susurra
– Tu padre no ha visto nada. Mételo debajo de la silla……