Un granjero viaja a París para visitar a su hijo

Un agricultor sube a París a visitar a su hijo que, tras brillantes estudios, es investigador en el CNRS.

– Hijo mío, ¿a qué te dedicas?

– Bueno, papá, estoy a cargo de un laboratorio y con mi equipo trabajamos en el desarrollo de un disolvente universal.

Si lo prefieres, un disolvente que pueda disolver cualquier sustancia.

– ¡Caramba! ¡Lo que es haber estudiado! ¡Es genial ser científico!

Piensa un momento y añade

– Pero dime, muchacho, tu disolvente que lo disuelve todo, ¿en qué tipo de lata piensas ponerlo?…