Un abogado llegó tarde a casa tras un día muy difícil intentando conseguir una suspensión de la ejecución.
Su petición de clemencia de última hora al gobernador había fracasado y se sentía agotado y deprimido…
Nada más entrar por la puerta, su mujer le preguntó: “¿A qué hora tenemos que llegar a casa?
¿Dónde has estado? La cena está fría y no voy a calentarla. Y así sucesivamente…
Demasiado disgustado para desempeñar su papel habitual en este ritual familiar, se sirvió un vaso de whisky y se dispuso a darse un largo baño caliente en la bañera, perseguido por los previsibles comentarios sarcásticos mientras subía las escaleras.
Mientras estaba en la bañera, sonó el teléfono.
La esposa contestó y le dijeron que al cliente de su marido, James Wright, le habían concedido finalmente un aplazamiento de la ejecución. Wright no sería ahorcado esta noche.
Comprendiendo por fin el terrible día que debía de haber tenido, decidió subir a darle la buena noticia.
Al abrir la puerta del cuarto de baño, se encontró con su marido, desnudo y agachado, limpiándose las piernas y los pies.
“Esta noche no colgarán a Wright”, declaró ella.
Él se volvió y gritó: “POR EL AMOR DE DIOS MUJER, NUNCA DEJES DE F